Aristotelia chilensis

Aristotelia chilensis (Mol.) Stuntz

Nombres vulgares: Maqui, Clon.

Arbol de hasta 4 m de alto. Tronco delgado, de hasta 30 cm de diámetro; corteza lisa que se desprende en largas tiras fibrosas. Ramas abundantes, delgadas, flexibles, ramitas terminales de color rojizo. Hojas persistentes, simples, opuestas, decusadas, péndulas, de 3-8 cm de largo y 1.5-3,5 cm de ancho, aovado-lanceoladas, glabrescentes o pubérulas, especialmente en las nervaduras: margen aserrado; pecíolo pubescente, estriado, de 1,5-2,5 cm de largo, generalmente rojo. Estípulas tomentosas, caducas. Inflorescencia un corimbo paucifloro (2-4 flores), axilar. Flores dioicas amarillo-pálidas, de 5-6 mm de diámetro: cáliz con 5 (6) sépalos lanceolados, agudos, pubérulos, casi enteramente libres, de 2-2,5 mm de largo y 1-1,5 mm de ancho; pétalos 5 (6). transovados, de 3-4 mm de largo. Flor masculina con 10-15 estambres, dispuestos en dos verticilos que rodean un ovario rudimentario; anteras vellosas, dehiscentes por 2 poros apicales: filamentos cortos y delgados. Flores femeninas con un ovario grueso, verdoso, trilocular: estilo corto y estigma trífido: estambres reducidos a estaminodios. Fruto, cuando maduro, una baya redonda, negra, brillante, de 4-5 mm de diámetro. Semillas 2-4, angulosas, de 3 mm de largo y 2 mm de ancho.

Distribución geográfica

Especie endémica de los bosques subantárticos. En Chile crece desde la Provincia de Limarí (IV Región) hasta la de Aisén (Xl Región), tanto en el valle central como en los faldeos de ambas cordilleras, desde cerca del nivel del mar hasta los 2.500 m s.m. También se encuentra en el Archipiélago de Juan Fernández, donde ha sido introducida antes del presente siglo.

Consideraciones ecológicas

Se desarrolla como especie secundaria. preferentemente en suelos húmedos, quebradas, faldas de los cerros o márgenes de los bosques. Aparece en la sucesión como colonizador de suelos recién quemados o explotados, formando grandes manchas llamadas "macales", que sirven para proteger al terreno de la erosión. En Juan Fernandez crece formando extensos matorrales en los valles y penetrando en el bosque para alcanzar, en algunos lugares, alturas más o menos considerables.

Florece en el mes de octubre y a principios de noviembre y los frutos maduran entre diciembre y enero.

Es una especie de carácter muy variable, así, por ejemplo, los individuos que crecen en la Cordillera de los Andes, sobre los 2.000 m s.m. son arbustos muy bajos, con las ramas tendidas en el suelo y el margen de las hojas es fuertemente aserrado.

Usos

Su madera extremadamente blanda no tiene aplicaciones técnicas de importancia; sin embargo, es usada en algunos tipos de artesanía popular y en la fabricación de varas, molduras, etc. La corteza tiene fibras semejantes a las del cáñamo, pero de inferior calidad y es usada en la confección de cuerdas para atar. Su fruto comestible es muy conocido y con él se preparan jugos y bebidas alcohólicas; se le emplea también como colorante para teñir vinos.

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